sábado, julio 22, 2006

El saber no ocupa lugar

Qué gran mentira es la frase que da título a este post. Quizá el saber que se acumula en el interior, en un aspecyo metafísico, pero en el meramente físico: ocupa, y mucho.
Hoy me levanté como cualquier día, y sobre todo tentada por lo mates matinales de mi amada. Estuvimos charlando un poco sobre cómo se va perfilando el futuro de Hipólita Ediciones, y otras cosas caseras, cotidianas, mientras Greta y Catita andaban por allí, muy cerca de nosotras.
Estaba allí cuando se me ocurrió: voy a limpiar y a acomodar la biblioteca del pasillito. Allí hay tres bibliotecas de pino fuerte que guardan la narrativa argentina, iberoamericana y mundial, las cuestiones filosóficas, críticas, y en uno solo de esos muebles: toda la poesía junta. Aclaro que estos son los muchachos. Las chicas están en otras dos bibliotecas, situadas en otras habitaciones.
Estamos con polvillo en cada poro, pero este reorganizar la biblioteca, recordar qué tengo de material (ya que a veces se me olvida), y mal acomodado realmente no lo podés localizar ergo usar. Decía: este reorganizar está bueno. No la había tocada desde que nos mudamos aquí, y en estos casi cuatro años fue creciendo.

Aquí van una toma de cómo estaba:



Aquí se puede ver todo el material que proviene del patriarcado: primeras lecturas, las formadoras, aquellas que después empezás a cuestionar. En mi biblioteca personal van quedando los que me gustan, aquellos en los que recaigo, después hay otros que debo tener por la facultad. Por supuesto que hay autores que amo, que leo con pasión: Seferis, Celan, Char, Barthes, Benjamin, Bachelard, Albert Beguin, Nerval (en español), Cernuda, Aldo Oliva, González Tuñón, Padeletti. Son años y años de ir sumando, de canjear, de comprar y vender.

Aquí va otro ángulo, ya habiendo entrado en acción:



2 comentarios:

larosaroja dijo...

Ordenar la biblioteca es como dialogar con muy buenos amigos y, por qué no, reencontrarse con viejos amigos llenos de polvo que teníamos en el olvido y nos sorprendemos cuando vemos que aún están ahí. Ordenar libros siempre es positivo, como un café con amigas.

sauria es una mutante! dijo...

Guay con amagar a tirar un libro sin antes llamarme!!! ojito eh!!

por cierto, muy simpáticas las puertitas "antigatas" de tus estantes. Espero no tener que implementarla en mi bibliotequita.

besos!!